Hordas de posibles placeres,
vienen a mi mente en cuestión de segundos,
de las rodillas al secreto,
y subiendo por entre los pechos.
Clanes mirando el sistema,
Detectan sonidos impulsados,
Pues tu voz, en una línea no recta,
Seduce y prorroga lo dulce,
Y ya no sé como lo hace.
Siento, no miento yo siento,
Y lo sentido ahora es divino,
Hay misterio, no es absurdo…