Esa rareza en la cordura,
mientras lleva así sus letras
hablando y contando,
sientiendo, contando y hablando.
Piedras que son en ella perlas,
el paso inestable del tiempo
que insiste en no secar su boca.
Caen al suelo mis pensamientos,
y no soltaría sus manos por nada,
se aleja la razón y temo.
Una caricia duda,
es que tan bien le va esa piel,
que no dejaría ese cuerpo por nada.
El cielo se nos aleja y no es tiempo,
es verdad. 04/11/07
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