La verdad atemoriza el éxito,
cuando la mentira jura ser cierta.
Mientras las páginas sigan blancas,
no hay más nada que decir,
ya el ánimo no es el mismo,
y se me ocurrió decir basta,
se me cruzó parar la batalla,
represé un río que corría incesante,
al agua ya llega al cuello,
y no hay más nada que decir.
La verdad atemoriza el éxito,
pero aún no se si es verdad.
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