El crudo color de la desesperación, Se oscurece a negro en días de alboroto. Comienzan a crecer las hemorragias, Y ciertas rivalidades se tornan inaguantables. Ya las paredes pierden lo seco y comienzan a llorar Lagrimas que pudieron evitartse, antelando emociones a razones. El sistema no funciona, se debe, de hecho, al ardor, que llamaremos, esta vez, herida, y de vez en cuando traición.
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