Un tesoro,
Otro tesoro
Y un tesoro más.
Ahí va la baba papá.
Agendo coordenadas desconocidas,
Estiro la vista
Y llego a ver el horizonte.
Estoy ahí mismo,
Dónde encontramos los tesoros.
Te diste cuenta, al final,
La real y vulgar verdad,
Que era vivir como si fuera el último día.
Un día lo és y
Solo algunos afortunados lo saben.
Mis mayores respetos,
Que no son míos,
Son del mundano errador,
Que sólo es un infeliz narcisista.
Interpelo me a cada rato,
Y todo tiene respuesta,
Mi paz,
La falta total de reflujo,
Y lo agradecido que estoy.
El tesoro es invaluable,
Excepto que gozarlo
Conlleva el imprevisto de la vida,
Que se trata de llegar con vida
Al día de tu muerte.
Pero lo importante
Y ahora estoy
Cada día más incomprensible,
Lo especial tiene que ser hoy,
Una tarde tan oscura
Cómo fondo del Placard.
Piedras en el camino,
Cómo sombras en la noche,
Realzan su brillo
Con el correr del Río.
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