Una red siniestra atrapó mis piernas,
flacas por desuso
y muertas de cansancio.
Torturas y tertulias despiadadas,
mi mente está fugada
en una extraña velada de cenas y colmenas,
que no bebe porque no sabe
y no siente porque ya es tarde.
Una vez mas la suerte ha desdichado mi vida,
suponiendo nuevos valores y duras metas,
comenzando por esos muros y estrellando el cielo.
Mi mente está fugada, y mi suerte está echada...
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