El asombroso brillar de esos ojos que
De pardos a radiantes, elevan mi mente al limbo,
Y la sorprendente piel que a los años seduce.
Mi ángel que es demonio si lo pido,
Está quebrando los pensamientos que tenía del amor,
Jugando con las varitas de la magia que crea,
Apostando la sangre sin condición.
Un maravilloso veneno que es dulce si lo bebo
Y es consuelo si lo muerdo aparte,
Que de bocas cambia a risas,
Y de suerte y dicha harta.
Mi demonio que es un ángel si lo pido,
Esta bailando con alas profesionales,
Integrando mi sangre a su corazón,
Dejando brillar mis ojos por mérito propio,
Y eso, es lo que mis ojos querían ver...
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