Disfrutando este estado de fiebre,
la razón para creer en el dolor
no es metal, es mental.
Una espina que me hiere
en una leve altitud.
Seres que no quieres
duelen en mis pasos
y mi campo no crees pintar,
hieren cual espina al ceibo
que no deja, pero cesa la fiebre al llorar.
Al salto lo espera la caída,
como a estas espinas
las heridas esperan,
mientras mas, mas duelen,
sur o este,
mientes, y estas espinas
si que van a dolerte.
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