El jóven que poco de esto sabía
no pensó y se adelantó al tiempo,
expuso a sus pares ante el olvido,
un aro que sin aujas marca las horas
no detiene el envejecimiento sin razón.
Él jóven y ella no tanto,
de a ratos fugaz y nunca tan serio,
un pacto que, en serio, no era vulgar.
El amor y sobre todo la amistad,
nunca dejar al otro atrás,
prohibido mentir y prohibido sufrir,
no existen razones, todo o nada cumplir.
Jóvenes sin memoria
desandan las preciosas calles de un sueño
que de a poco se ha vuelto real
y no es lujuria ni vivir,
es una conducta humana que nos hace sentir
que la vida no es solo un sueño,
también es imaginar que es un sueño...
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