Me tienes abandonado,
Como se olvidan las tres Marías durante el día.
Me tratas como un desalmado,
Abandonando tu dulzura y tus manos frescas.
Al mismo lugar vamos por caminos distintos,
Viviendo por separado y caminando aún soñando
En las simples, pero retóricas preguntas, que nos hacemos a diario,
Como saber las respuestas de preguntas que no fueron hechas,
Y como cambiar las combinaciones de los candados que perdimos.
Me tienes como esperando,
Suplicando nuevas vidas y extrañas metas,
Reflotando tu elocuencia a niveles insospechables.
En dos días no se escribe una historia,
Pero esos días pueden ser esenciales.
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