La falsa alarma
pone en funcionamiento
los irreversibles de la ira
estimando mil voltios entre neuronas
todo volará de inmediato.
Suplo el azúcar con alcoholes sintéticos,
tiran desde todos lados
desordenando mi cuerpo entero
dejando los pedazos inservibles de lado
y comiendo sin miedo
los adúlteros órganos
que prometió sin mutaciones
el último cura que bendijo el camino.
Por guita todo es canjeable
se vende, se cobra, se pierde,
tambalean los escrúpulos inmateriales
bases acuosas en soluciones solventes
irremediables momentos en los que sospecho
han sido cautos, pero no perfectos,
la falsa alarma se activó
ahora, todos, juramos libertad fijando la fianza.
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