martes, septiembre 04, 2018

Me doblego ante la posibilidad de perder
pues infinita no es mi paciencia,
las metas se alejan por causas naturales
y los pensamientos de ira y repreción
escupen sin parsimonia
babas rabiosas mientas tanto
la mente acumula serias calumnias
interpeladas por la razón
que prevé cierta discrepancia
pero agota las posibilidades de zafar
entonces,
el corazón se alborota
y mezcla en distintos sentimientos
un brebaje muy áspero,
pero me quedo corto,
una locura intomable
que digiero día a día para ir sobreviviendo.
Las lágrimas inundan el suelo,
el hielo quiebra y caigo
en la inmensa quietud del fondo,
sobre estalactitas punzantes
hirientes, anormales.
Me levanto porque así lo he aprendido,
pues infinito fue el esfuerzo por no hacerme daño,
las metas alcanzadas invaden
pequeños momentos de felices recuerdos.
Allá van, todas esas formas de ver las cosas
van quedando en el pasado
justo donde han sucedido,
ahora el milenio aprieta
prefiero no quedar adelantado.

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